Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos del espectro autista (TEA), comúnmente referidos como “autismo», son condiciones caracterizadas por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación.
El autismo se diagnostica a través de la observación profesional de la conducta del niño o adulto.
Actualmente no hay algún estudio de laboratorio, de sangre, radiografía, etc., que se utilice para realizar el diagnóstico.
No obstante, un especialista del desarrollo valora la conducta y habilidades de la persona utilizando instrumentos de evaluación específicos.
De acuerdo con el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades, monitorear el desarrollo y la presencia de un TEA es parte de un proceso activo y continuo que involucra observar el crecimiento y comportamiento de la persona.
Si existen signos que pudiesen sugerir la presencia de autismo, profesionales en la salud mental cuentan con los instrumentos adecuados para realizar un diagnóstico preciso.
A través del uso de cuestionarios vinculados al desarrollo social es posible comparar los comportamientos presentados con áreas como las destrezas de comunicación e interacción sociales, conductas o intereses restrictivos o repetitivos, entre otros.
Las preguntas de este instrumento, en el caso de niños, suelen enfocarse también en sus destrezas de lenguaje, movimiento y pensamiento, así como de conductas y emociones.
Recuerda que con el diagnóstico adecuado, es posible abordar un TEA de manera personalizada a cada persona y siempre desde una perspectiva de empatía y paciencia ¡en Aprendde te ayudamos!