La ansiedad es una respuesta corporal ante situaciones estresantes o peligrosas. Sin embargo, cuando sus síntomas se dan de manera intensa y constante, estos pueden interferir con la vida diaria y convertirse en un trastorno de ansiedad.
Los síntomas de la ansiedad pueden ser físicos, mentales y emocionales, variando de persona a persona.
Uno de los síntomas más comunes de la ansiedad es la preocupación excesiva o el miedo intenso ante situaciones que, en realidad, no son peligrosas. Esta preocupación puede ser tan intensa que puede dificultar la concentración y tomar decisiones.
Similarmente, es común sentirse tensos o nerviosos, además de experimentar síntomas físicos como sudoración, taquicardia y/o mareos.
Otros síntomas de la ansiedad incluyen la dificultad para relajarse o conciliar el sueño, el aumento o pérdida del apetito, la irritabilidad, dolor de cabeza, dolor de estómago e incluso fatiga.
En algunos casos, la ansiedad puede manifestarse como ataques de pánico, que son episodios de miedo intenso y síntomas físicos aterradores que aparecen de repente.
La ansiedad también puede tener un impacto emocional en la persona que la padece, haciéndola sentir triste, desesperada o sin esperanza, experimentando cambios en su autoestima y en su forma de ver el mundo.
Asimismo, la ansiedad puede manifestarse como trastornos de ansiedad específicos, como el trastorno de pánico o el trastorno de ansiedad generalizada.
De acuerdo con el Manual MSD para profesionales, el trastorno de ansiedad generalizada es uno de los trastornos más frecuentes afectando a alrededor del 3% de la población de manera anual.
Por esto, es importante buscar tratamiento si los síntomas de ansiedad son intensos o constantes y están interfiriendo con la vida diaria.
Este tratamiento puede incluir terapia psicológica, medicación o una combinación de ambas.
Recuerda que con el tratamiento adecuado, es posible controlar los síntomas de la ansiedad y vivir una vida plena y saludable, ¡en Aprendde te ayudamos!