La definición y diagnóstico de autismo ha cambiado a partir de este año.
Ahora, dentro del “espectro autista” se ha incluido a diversos trastornos que antes no estaban incluidos en ese concepto.
Este cambio se dio a partir del nuevo DSM (siglas para “Diagnosis and Statistic Manual of Mental Disorders” o “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”) el DSM V, desarrollado por la Asociación Americana de Psiquiatría y que es como la “Biblia” para los psiquiatras y psicólogos en el mundo, debido a que sienta, se esté de acuerdo o no, parámetros que son usualmente seguidos en todo el mundo.
El autismo hace 30 años
En el DSM III, publicado en 1980, el autismo era descrito bajo un solo término: “autismo infantil” e incluía una serie de características:
• El inicio antes de los 30 meses de edad
• Extendida falta de respuesta a otras personas (autismo)
• Grave déficit en el desarrollo del lenguaje
• Si la palabra está presente, los patrones del habla peculiares, como la ecolalia inmediata y diferida, el lenguaje metafórico, inversión pronominal.
• Respuestas extrañas a diversos aspectos del medio ambiente, por ejemplo, la resistencia al cambio, peculiar interés en o accesorios a objetos animados o inanimados.
• Ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, pérdida de asociaciones, e incoherencia como en la esquizofrenia.
Hasta antes de 1980, el autismo era considerado un síntoma de esquizofrenia. En ese DSM, el autismo salió de las psicosis infantiles y fue incluido ya dentro de “Trastornos profundos del desarrollo”.
El trastorno autista y los demás
En 1987, en una adición al DSM III llamada DSM III-R se incluyó ya el término “trastorno autista”.
Los trastornos mentales quedaban así divididos en dos, los que podrían dentro del “trastorno autista” y los padecimientos restantes bajo el rubro de “trastorno generalizado del desarrollo no especificado”.
El asperger y el PPD-NOS en 1994
Por sorprendente que sea, es hasta 1994, hace unos 20 años, cuando se reconoce en el DSM IV por primera vez el “Síndrome de Asperger”, mientras que la descripción de PPD-NOS (Pervasive Developmnet Disorder Not Otherwise Specified o Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado de otra manera) se mantiene para otros trastornos similares al autismo, pero que no cumplen por completo las especificaciones.
En el 2000, cinco categorías para los Trastornos Generalizados del Desarrollo
Seis años después, en una adición al DSM, la DSM-IV-TR, se definen ya cinco categorías para los trastornos del desarrollo:
- Trastorno Desintegrativo Infantil
- Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado
Ahora, el “espectro autista”
Y ahora, en el 2013, con el DSM IV, se formaliza lo que ya se venía comentando y manejando desde hace algún tiempo: se crea un solo “espectro autista” o “Trastorno del Espectro Autista” (TEA).
En el TEA o “espectro autista” se incluyen a personas con características de:
- Trastorno autista (autismo “clásico”)
- Trastorno de Asperger
- Trastorno Desintegrativo Infantil
- Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado
Por su parte, el Trastorno de Rett sale de este rubro de Trastornos Generalizados del Desarrollo.
Las implicaciones
Para cuestiones de servicios de salud, coberturas de seguro médico (por ejemplo en EU), este redefinición puede tener muchas ventajas para los pacientes y sus familias. Sin embargo, en cuanto al diagnóstico, puede también causar ahora imprecisiones o errores. Veremos cómo evoluciona el debate entre especialistas.