Si bien el trastorno del espectro autista no tiene una única causa identificada, tomando en consideración la complejidad del trastorno y la variabilidad de los síntomas y sus grados, es que se habla de una condición multicausal.
Según explican expertos en el tema como la psicoterapeuta Edna Rhodes, tanto la genética como el entorno pueden ser factores que influyen en el desarrollo de un TEA.
“En el autismo o en el trastorno del espectro autista encontramos estas posibles causas genéticas en combinación con factores ambientales”, indica.
Del mismo modo, Rhodes destaca la presencia de distintos síndromes genéticos que parecen estar relacionados con los trastornos del espectro autista, como el síndrome de Rett o el síndrome del cromosoma X frágil.
También es importante considerar que si ya hay un miembro familiar que se encuentra dentro del espectro autista, las posibilidades de tener un hijo o hija con autismo se elevan en el segundo o tercer embarazo, afirma la especialista.
“Algunas veces son gracias a estas similitudes y factores heredados que en los procesos de diagnóstico de los hijos, algunos padres se van dando cuenta que también forman parte del espectro o son neurodivergentes” reflexiona.
Por otra parte, se habla de la presencia de mutaciones genéticas que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un TEA aún y cuando la carga genética familiar está considerada dentro de los parámetros esperados.
“Entonces, sí, si hay cuestiones genéticas que se pueden heredar, aunque también podemos tener mutaciones en las que aún con una carga genética regular la persona termine desarrollando un TEA”, finaliza la experta.