5 conceptos equivocados sobre el autismo

Frases sobre el autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición que suele estar rodeada de mitos y conceptos erróneos sobre cómo se vive y cómo se “tiene que ver”. 

Estos malentendidos perpetúan estereotipos perjudiciales y contribuyen a la marginación de las personas con autismo. 

Por desgracia, muchas frases y expresiones comunes refuerzan involuntariamente estas narrativas perjudiciales. 

Exploremos algunas de estas frases, analizando por qué son perjudiciales y esforcémonos por fomentar una mejor comprensión del autismo.

1. «No pareces autista»

Esta frase aparentemente inocente resta valor a la gran diversidad dentro del espectro autista y su comunidad. 

Hay que recordar que al ser una condición invisible, no hay un aspecto «típico» asociado a ella y, por ende, las personas con autismo proceden de todos los estratos sociales y tienen una amplia gama de capacidades y dificultades. 

Al insinuar que alguien no encaja en el estereotipo del autismo, perpetuamos la idea errónea de que el autismo es un trastorno con una apariencia singular.

2. «Debe tener un alto funcionamiento»

Los términos «alto funcionamiento» y «bajo funcionamiento» se utilizan a menudo para clasificar a las personas con TEA en función de sus capacidades percibidas

Sin embargo, estas etiquetas simplifican la compleja naturaleza de la condición y no captan los puntos fuertes, los retos y las necesidades de las personas con autismo. 

Asimismo, pueden menospreciar la importancia de reconocer y tener en cuenta las distintas capacidades.

3. «No me gusta lidiar con personas autistas, sólo son difíciles«

Atribuir ciertos comportamientos problemáticos de personas con autismo a que son «difíciles» simplifica en exceso las causas subyacentes. 

El autismo puede provocar dificultades en la comunicación social, el procesamiento sensorial y la regulación emocional, que pueden manifestarse como comportamientos atípicos. 

Este tipo de comentarios no sólo desestiman los retos a los que se enfrentan las personas con autismo, sino que perpetúan la falta de comprensión y empatía por parte de gente neurotípica.

4. «Ya se te pasará» o “Si haces x, te puedes curar de tu autismo”

El autismo es un trastorno del desarrollo que dura toda la vida y aunque las personas con TEA pueden desarrollar mecanismos de afrontamiento y adquirir habilidades para desenvolverse en el mundo de forma más eficaz, este sigue siendo parte integrante de su identidad. 

La noción de «superarlo» implica que el autismo es un problema que hay que curar, ignorando los puntos fuertes y las perspectivas únicas que poseen las personas en el espectro. 

Este tipo de frases niegan la necesidad de apoyo y aceptación a lo largo de la vida de una persona y perpetúa el estereotipo de que están “enfermas”.

5. «Las personas con autismo carecen de empatía»

Aunque pueden tener dificultades para expresar y comprender las emociones de forma convencional, las personas con TEA sienten empatía como cualquier persona neurotípica.

Este prejuicio puede surgir debido a la incomprensión de los matices de la interacción social de las personas con autismo. 

Pintar a todas las personas con autismo como carentes de empatía perpetúa la falsa noción de que están emocionalmente desconectadas o son insensibles, lo que contribuye a su marginación y exclusión.

El lenguaje desempeña un papel crucial en la formación de las percepciones sociales, y las frases que utilizamos en relación con el autismo deben considerarse cuidadosamente. Desacreditando y abordando frases perjudiciales, podemos esforzarnos por fomentar una sociedad más inclusiva y comprensiva. Trabajemos para derribar barreras, erradicar estereotipos y celebrar la rica diversidad de la comunidad neurodivergente.

¿Cómo detectar autismo en niños?

Cómo detectar autismo en niños

Según explican expertos del campo médico, detectar signos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) en los niños a una edad temprana es crucial para poder proporcionarles el apoyo y la intervención adecuada para un desarrollo pleno. 

Reconocer los primeros signos es esencial para actuar con rapidez; algunos signos comunes del autismo infantil se vinculan a dificultades de comunicación social así como la presencia de comportamientos repetitivos e intereses restringidos.

De este modo se explica que niños con autismo a menudo muestran un contacto visual limitado, tienen dificultades para comprender las señales sociales y pueden mostrar dificultades con el lenguaje verbal incluso no enganchando en él.

Asimismo se recomienda estar atento a patrones: movimientos repetitivos, como agitar las manos o mecerse, la concentración intensa en objetos o temas específicos y la resistencia a los cambios de rutinas o apego a rituales específicos.

Investigaciones también indican que las señales de alerta del TEA en menores pueden variar según edad explicando variaciones de los síntomas ya explicados antes de los 12 meses, después de los 12 meses, entre los 18 y 24 meses, mayores de 36 meses y a partir de los 5 años.

Claro está, que aunque informarse del TEA y sus síntomas es imprescindible para observar y detectar la presencia del mismo en un niño o niña, son los especialistas en la salud mental quienes se encargarán de llevar a cabo un proceso profesional de diagnóstico.

Dado que los niños aún se encuentran en un estado de crecimiento, los médicos pueden sugerir administrar pruebas que midan la audición, el habla, el lenguaje, y su nivel de desarrollo a la par de si presenta dificultades sociales y/o de conducta.

Recuerda que detectar el autismo en niños y niñas requiere conocer los signos, observar su comportamiento con paciencia y, de considerarse necesario, someterse a un proceso de evaluación bajo la guía de un profesional.

Con el acompañamiento adecuado, padres, cuidadores y profesionales de la salud pueden influir positivamente en la vida de niños con autismo y garantizar que reciban el apoyo que necesitan para su desarrollo general a lo largo de su vida.

¿El autismo es hereditario?

¿El autismo es hereditario?

Si bien el trastorno del espectro autista no tiene una única causa identificada, tomando en consideración la complejidad del trastorno y la variabilidad de los síntomas y sus grados, es que se habla de una condición multicausal.

Según explican expertos en el tema como la psicoterapeuta Edna Rhodes, tanto la genética como el entorno pueden ser factores que influyen en el desarrollo de un TEA.

En el autismo o en el trastorno del espectro autista encontramos estas posibles causas genéticas en combinación con factores ambientales”, indica.

Del mismo modo, Rhodes destaca la presencia de distintos síndromes genéticos que parecen estar relacionados con los trastornos del espectro autista, como el síndrome de Rett o el síndrome del cromosoma X frágil. 

También es importante considerar que si ya hay un miembro familiar que se encuentra dentro del espectro autista, las posibilidades de tener un hijo o hija con autismo se elevan en el segundo o tercer embarazo, afirma la especialista.

Algunas veces son gracias a estas similitudes y factores heredados que en los procesos de diagnóstico de los hijos, algunos padres se van dando cuenta que también forman parte del espectro o son neurodivergentes” reflexiona.

Por otra parte, se habla de la presencia de mutaciones genéticas que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un TEA aún y cuando la carga genética familiar está considerada dentro de los parámetros esperados.

Entonces, sí, si hay cuestiones genéticas que se pueden heredar, aunque también podemos tener mutaciones en las que aún con una carga genética regular la persona termine desarrollando un TEA”, finaliza la experta.

¿El autismo tiene cura?

Cura para el autismo

Actualmente, no existe una cura conocida para el trastorno del espectro autista (TEA), y no hay un enfoque de tratamiento universal para todos los individuos que lo padecen. 

Hasta el momento no hay una cura para el autismo como tampoco hay un único tratamiento para una persona que se le diagnostica con trastorno del espectro del autismo”, indica Edna Rhodes, experta en psicología.

Teniendo esto en mente, el objetivo del tratamiento del TEA es potenciar al máximo las habilidades de la persona al reducir los síntomas que se experimentan mientras que se brinda apoyo para su desarrollo y aprendizaje.

Asimismo, aunque no se cuenta con una cura para el autismo, expertos en la salud destacan que un enfoque de tratamiento intensivo y temprano puede tener un impacto significativo en la vida de muchos individuos en el espectro.

De esta forma, la especialista líder en la atención de diversos trastornos del neurodesarrollo resalta que, tal como su nombre lo indica, se trata de un espectro de conductas, habilidades y necesidades en diferentes etapas del desarrollo.

Es por esto que surge la necesidad de diseñar programas de manera individual para la persona que los está requiriendo para potenciar y maximizar las habilidades que tiene, no para quitar o curar el autismo, recalca Rhodes.

La especialista también menciona el movimiento que ha surgido a partir de las mismas personas dentro del espectro autista pidiendo en parte una mayor aceptación de la condición y de la neurodivergencia en general.

Se pide que en lugar de pensar en una ‘cura’ que ‘quite’ el autismo, se cambie el discurso para poder abrazar la condición, la diferencia y poder aceptar a todos en esta neurodivergencia en la que nos encontramos”, concluye.